lunes, 8 de febrero de 2010

Desapariciones

 


 

 



Que alguien me diga si ha visto a mi esposo,
preguntaba la doña,
se llama Ernesto y tiene cuarenta años,
trabajaba de peón en un negocio de autos,
llevaba camisa oscura y pantalón claro,
salió de noche y no ha regresado
y no se ya qué pensar
pues esto antes no me había pasado.

Llevo tres días buscando a mi hermana,
se llama Altagracia igual que la abuela,
salió del trabajo para la escuela,
tenía puestos jeans y una camisa blanca,
no ha sido el novio, el tipo está en su casa,
no saben de ella en la policía
ni en el hospital.

Que alguien me diga si ha visto a mi hijo,
es estudiante de medicina,
se llama Agustín y es un buen muchacho,
es a veces terco cuando opina,
lo han detenido, no sé qué fuerza,
pantalón blanco camisa a rayas, pasó ante ayer.

Clara Quiñones se llama mi madre,
ella es un alma de Dios y no se mete con nadie,
se la han llevado de testigo
por un asunto que es nada más conmigo
y yo fui a entregarme hoy por la tarde
y ahora vi que no saben quién se la llevó
del cuartel.

Anoche escuché varias explosiones,
tiros de escopeta y de revólver,
autos acelerados, frenos, gritos,
ecos de botas en la calle ,
toques de puerta, quejas por dioses, platos rotos,
estaban dando la telenovela,
por eso nadie miró pa´fuera.


Adónde van los desaparecidos,
busca en el agua y en los matorrales
y por qué es que desaparecen,
porque no todos somos iguales
y cuándo vuelve el desaparecido
cada vez que lo trae el pensamiento,
cómo se llama al desaparecido,
una emoción apretando por dentro.


1984

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